El Magistrado permanecía recluido y concentrado en su despacho tratando de iniciar la Sentencia en cuya redacción se ocupaba desde hacía cuatro semanas para aplacar a la Inspección del Consejo venida de Madrid por las múltiples quejas y recursos de los justiciables.
Pero era Jueves y en su salud quebrada se había instalado hoy el temblor esencial no incapacitante enjuiciado ayer en sala. Sus dedos No acertaban con las teclas deseadas y las correcciones eran continuas.
La afonía y confusión verbal que le aquejaban desde aquel Jueves siguiente a enjuiciar una afasia no incapacitante, también le impedía dictar ahora in voce la sentencia a su Funcionaria de Auxilio Judicial.
Con unos sorbos de café, trató, sin resultado, de sacudirse la somnolencia y aturdimiento que le ralentizaban desde aquel Jueves siguiente a enjuiciar una apnea del sueño no incapacitante.
Afuera, las voces de la Inspección reactivaron la taquicardia que se le había instalado aquel Jueves siguiente a enjuiciar aquella cardiopatía crónica no incapacitante.
Sintió la tensión cervical, la visión borrosa y el bloqueo que le anticipaban la crisis epiléptica que se había instalado el Jueves siguiente a enjuiciar aquella epilepsia genética no incapacitante.
Tras separarle de las andaderas en que se desplazaba desde aquel Jueves siguiente a enjuiciar aquel acuñamiento C3-C4 y C4-C5 con estenosis del canal y radiculopatía irradiada a miembros inferiores no incapacitante, los Servicios de Emergencias evacuaron al Magistrado del Palacio de Justicia.
Meses más tarde, en su domicilio, mientras el Magistrado se afanaba en el primer párrafo de la Sentencia iniciada hacía doce meses, su cuidadora le leyó la comunicación de su reverenciado, por objetivo, imparcial y riguroso, Equipo de Valoración de Incapacidades de la Seguridad Social: buen estado general, marcha autónoma, hace puntas y talones, reflejos conservados, fuerza conservada 5 /5; temblor leve, estabilizado; balance articular cervical completo; apnea del sueño, con síntomas bajo control; cardiopatía isquémica crónica estabilizada; trastorno delirante de perjuicio post – juicios de invalidez, en clara remisión.
SIN ninguna limitación para el desempeño de su trabajo.
Coherente, el sexagenario Magistrado No fue capaz de cuestionar la resolución, y se reincorporó a su puesto de trabajo aquel fatídico miércoles previo.
18 Noviembre 2017.
Recreación imaginaria basada en maldición de trabajador enjuiciado por enfermedades no invalidantes.